“Viaje de ida” nace del deseo de poder contar un relato que conecte sensibilidades artísticas del pasado con personajes contemporáneos, a través de la apropiación y reinterpretación de pinturas, creando un relato visual con una estructura abierta y sin un personaje en particular que lleve la historia, sino que de la mano de una comunidad de repartidores, quienes “invaden” el mundo del arte.
Donde el mismo nombre indica una filosofía implícita de los repartidores que viajan sin la necesidad de un retorno, cosa que se replica en esta serie de pinturas con la misma idea de un viaje sin vuelta atrás.
Basado fuertemente en los dibujos de Pulcinella de Domenico Tiepolo y de cierta forma en el relato del Quijote, “Viaje de ida” sirve como un medio para explorar la pintura y el mundo exterior desde el encierro.
