Buena noches,
Estimado Decano de la Facultad de Arquitectura Arte y Diseño, Señor Mathias Klotz,
Estimado Director de la Escuela de Arte, Señor Ramón Castillo,
Estimados profesores, Estimados administrativos,
Estimados estudiantes, estimados padres, estimados amigos,
Estimados tituladas y titulados,
El mundo hoy no es fácil para nadie. Los últimos acontecimientos de violencia de hace un par de semanas en Barcelona y Estados Unidos nos hacen reflexionar sobre las condiciones de excepción o norma que se está instalando respecto de este tipo de hechos.
Ciertamente se trata de una cuestión de visibilidad e identificación, pues estos sucesos, aunque distantes espacialmente, nos perturban por la cercanía cultural y nos hacen preguntarnos por el rumbo que está tomando el planeta.
Sin embargo, más allá de la visibilidad de estos hechos y de la evidente invisibilidad de un sinnúmero de situación violentas en lugares del planeta que no tienen cobertura mediática alguna, hay historiadores que sostienen que la humanidad, pese a todo, vive hoy en día en un estado de paz como nunca antes se ha experimentado en la historia. Podemos tomar posiciones optimistas o pesimistas al respecto.
¿Qué tienen que ver todo esto con ustedes nuevas tituladas y titulados de la Escuela de Arte de la Universidad Diego Portales?
Alguien podría decir que, aparentemente, nada. Sin embargo, sabemos que las prácticas artísticas contemporáneas no son territorio neutro y mucho menos una actividad ingenua. Sabemos que el artista ensimismado en su taller y alejado de la realidad en búsqueda de la creación de la obra de arte maestra, es un viejo estereotipo que desvaloriza la función del arte en la sociedad. Sabemos, que las prácticas artísticas contemporáneas y con esto, todo lo que supone estudiar artes visuales, tiene que ver con establecer niveles de conciencia y visibilidad sobre las diferentes condiciones de la vida en el mundo.
Así, hoy se titulan de Artistas Visuales luego de un largo proceso de 5 años de mucha entrega, dedicación y entusiasmo, en el que justamente han asumido un compromiso sobre la necesidad de crear una representación crítica del mundo.
Ha sido, por cierto, un largo proceso en que han superado diversas pruebas y exámenes, resistiendo a días extenuantes de trabajo, a lecturas de textos a veces un tanto incomprensibles, a procesos de investigación complejos, a un sin número de experimentaciones, a ensayos, a procesos de prueba y error para finalmente generar una pieza, una obra, una acción, una imagen o simplemente un gesto que se refiere, de un modo u otro, a la forma en que la humanidad ha configurado su forma de vivir.
En el arte, existe el riesgo, y a veces el deseo de evadir la cruda realidad y abstraerse demasiado, dejando de dar cuenta de la vida, pero también existen quienes toman la dirección contraria asumiendo roles activistas que buscan una transformación directa e inmediata del mundo, muchas veces cayendo en el panfleto propagandístico y otras pecando de sentimentalismo. Pero entre estos dos extremos tenemos mil matices, que siempre, de un modo u otro logran establecer distintos grados de conciencia y visibilidad respecto de nuestro pasado, presente y futuro.
Así, hay en todo trabajo de arte una buena dosis de pesimismo, debido a la constatación del estado de las cosas, que de cierta forma se mezcla con el optimismo que supone hacer visible aquello que se oculta y conseguir en algún grado la atención de quienes viven insensiblemente girando en la rueda infinita del sistema.
Hoy estamos orgullosos de ustedes porque han logrado un sueño y porque por sobre todo, han vencido el pesimismo y han creído -en un mundo cada vez más incrédulo- que la cultura y la creación pueden ser la salida al estado actual en el que nos encontramos como sociedad; han creído en la necesidad de tomar una posición respecto del mundo y cumplir una labor conjugando razón y emoción en piezas, obras, imágenes que modifican, aunque sea a una escala ínfima, las formas de vivir y de comprender el mundo.
En estos 5 años han vivido una verdadera transformación que se ha hecho visible en las diversas muestras que año a año vemos al cerrar cada semestre. Pero ha sido en la exposición “Carácter” que realizaron hace algunos meses en la Biblioteca Nicanor Parra, donde han dado cuenta que el arte tiene una función importantísima en la sociedad.
Han conquistado un punto de vista especialísimo para observar y comentar el mundo (y créanme que esto es y será fundamental para aportar al desarrollo de las sociedades en diálogo y colaboración) donde las diferencias y la otredad no se vean como amenazas, si no como una forma de enriquecer y de ampliar las formas de organización de la vida.
En el mundo como está, lleno de contradicciones, con actos terroristas cada vez más frecuentes, pero con la advertencia de que antes era peor y que ahora vivimos en tiempos de paz como nunca antes, requerimos ciertamente de ustedes. Requerimos de artistas que se resistan a lo conocido, a lo aceptado, a lo sabido para que vayan mucho más allá en búsqueda de lo que aún no existe mediante el acto de creación.
No es fácil dejar de ser estudiante. Es un cambio sustancial de etapa y de rol y en el caso del arte la situación puede parecer ciertamente más compleja. Pero sabían que sería así. Que este es un camino arriesgado; que un día se acabarían las clases y tendrían que enfrentarse al mundo y aportar a la construcción de una sociedad mejor. Elegir estudiar arte en una sociedad basada en el consumo, como en la que vivimos, es claramente un acto de rebeldía pero también de gran valentía. De rebeldía por no aceptar las formas habituales y comunes de vida que se nos han impuesto por procesos históricos, políticos, económicos y sociales; y de valentía por creer que desde el arte podemos revisar y reformular las formas de organización del mundo. Como artistas sabemos que hay mil formas de vivir la vida.
De ahora en adelante, se valdrán de las experiencias ganadas, de la fuerza adquirida, de las astucias inventadas para sortear mil obstáculos. Tendrán que crear las condiciones de posibilidades de existencia de sus trabajos, de sus creaciones y de sus propias vidas. Pero estamos seguros que lo lograrán, pues el camino recorrido tanto por ustedes como por sus compañeros que egresaron en años pasados y compañeros que egresarán en el futuro, es el camino de una gran familia que se apoya y que confía en la capacidad transformadora del arte.
El campo del arte es inmenso y ahora cada uno, deberá enfocarse hacia un nuevo objetivo. Ser artista supone hacer mil cosas a la vez. Así, algunos continuarán en el camino de la producción de obra profundizando en la noción de autor. Otros tal vez irán hacia la enseñanza del arte, o la curatoría, la gestión, o quizás se desplazarán hacia las artes aplicadas, trabajando en cine, televisión, publicidad. O tal vez abrirán una galería de arte en un país distante o acaso seguirán el camino del arte terapia. No lo sabemos pero, si revisamos en que están las generaciones pasadas de la escuela, vemos como cada uno se ha abierto un espacio en todos y muchos más de estos campos que he mencionado.
Tenemos la certeza que tendrán mil herramientas para afrontar las circunstancias y los obstáculos que se presentarán. Que también tendrán ayudas y apoyos de personas e instituciones que ni imaginamos en este momento. Tenemos certeza que lograrán crear las condiciones necesarias que le dé sentido a sus vidas. De esto, claro está, trata el arte.
El mundo no es fácil para nadie decía al comienzo de este discurso porque vivimos en un tiempo de profundas contradicciones. ¿Cómo entender que el exceso de comida se esté transformando en una de las principales causas de muerte en el mundo desarrollado? ¿O que en uno de los países con las tasas de conexión digital más altas del mundo, tengan también una de las más altas tasas de depresión y suicidio?
El consumo, la comida rápida, el endeudamiento y el exceso de horas frente a pantallas que nos bombardean de imágenes y relatos que nadie desearía a su peor enemigo, nos llevarán a un punto en que cada vez más la sociedad requerirá de sujetos que aporten sentido.
Hoy sabemos también de estudios prevén un cambio radical en las condiciones del trabajo humano en los próximos 15 o 20 años producto de la automatización y robotización de un sinnúmero de labores manuales. ¿Será la realización concreta de la utopía de Thomas More escrita hace 500 años en la que proponía jornadas de trabajo reducidas? O vendrá una crisis de desempleo generalizada en la que aumentarán las diferencias entre ricos y pobres, entre los dueños del capital y la mano de obra, entonces desempleada? El mundo va muy rápido y ciertamente lo que más se requerirá en el futuro será de sujetos con alta capacidad de observación, de análisis y de crítica, pero a la vez sujetos altamente inventivos, creativos y por sobre todo libres. Estoy cierto que ustedes al haber estudiado arte han aprendido a reunir todas estas virtudes. Tienen una gran responsabilidad. Usen lo aprendido y por favor sigan cambiando el mundo!
Les deseo lo mejor de lo mejor.
Muchas gracias,
Agosto 2017
Escuela de Arte UDP
Cristián Silva Avária