Discurso Premio Carácter 2012: Victoria Allende

Es un placer contarles que me han pedido escribir este discurso y que durante una semana he estado preguntándome qué es lo que les quiero decir.

Quizás  podría contarles que el otro día (justo en el que recibí un mail en donde me solicitaban leer estas palabras) estaba en mi taller pintando, y como es ritual, me fumé un pito antes de- y es que si, al parecer es cierto que a algunos artistas nos gusta la droga-.

No podía dejar de pensar en esto, que justamente se transformó en lo que les estoy leyendo… y mientras tanto seguía pintando… y fue entonces que comencé a sentir toda esa plenitud que me invade al momento de estar produciendo. Esa sensorialidad inigualable que me provoca el pincel al ser frotado con el esmalte sintético sobre un soporte escogido, anhelando lograr eso que tanto imagino en mi mente como resultado final de una creación de quien les habla. Entonces decidí confesarles la inmensa felicidad que me produce lo que he estudiado. Ustedes pensarán que es el efecto de las drogas, lo que sinceramente es posible… pero quiero que sepan que el ser artista es fabuloso, o por lo menos a mí me encanta, estás constantemente amando y odiando al mismo tiempo, a la institución, a tus colegas, a tu obra, al trabajo que no tienes… es muy raro… tienes tu propio sistema y te desenvuelves como quieres, pero a veces cuesta, y es ahí cuando los otros consideran si la lograste o no. Admito que si hay algo que me sedujo completamente de ser artista, es que eliminas todo concepto de autoridad en lo que haces… maravilloso… no debes responder a ninguna jerarquía, tienes tus propios tiempos pero hay que ser precavido y constante y se vuelve terrible cuando no tienes dinero para producir lo deseado, que es casi siempre, aunque puede ser que sea sólo una etapa. …Ayer conversábamos con la Muri y la Mava, quienes se titulan hoy conmigo y me resultó aterrador ver como conversábamos de tener que trabajar para otros, por el simple hecho de generar dinero, y ojalá en un lugar que te resulte agradable y te puedas sentir a gusto. Por mi parte, debo decir que al parecer sólo me siento a gusto con lo que hago, me gusta moverme en esa felicidad que brota cuando tomo mis propias decisiones, frente a una obra, frente a alguien, frente a la vida… y con esto, espero estar representando a mis compañeras, quienes me encantaría estuviesen aquí conmigo contando sus experiencias, o lo que piensan de todo esto… y es que  yo todavía no sé bien lo que les tengo que hablar, ¿existe un protocolo para este tipo de discursos? creo que fue algo que también influyó en que esté escribiendo esto, horas antes de ser leído… Pero supongo que no me queda más que agradecer infinitamente y en primer lugar a mis padres, a quienes amo y siempre me apoyaron en esta misión que hoy está siendo cumplida; a mis amigos y compañeros, los que han estado presente de la mejor manera en todo este proceso; y cómo no? a la Universidad, la que me entregó los conocimientos necesarios para desenvolverse en el mundillo del arte; en dónde he conocido a personas increíbles, de las que he aprendido y con las que he disfrutado muchísimo, y ojalá así continúe para adelante-

Quiero agradecer especialmente a Ramón y Camilo, los que fueron un apoyo fundamental para que hoy estemos aquí las tres que abandonamos la Escuela de Arte. Gracias por el respeto, la confianza, las palabras, los almuerzos y las cervezas compartidas; y por permitir que ésto siga pasando.

Finalmente quiero dar las gracias a quienes me han escuchado, deseando que hayan podido traducir esa felicidad de la que les hablé, en ustedes, en sus trabajos y en sus vidas, y que espero la estén disfrutando.