Discurso Premio Carácter 2022: Catalina Huala

Estimadas autoridades, directora, compañeres y familias que nos acompañan:

Podría hablarles de mis sueños, de mis más grandes anhelos,
del misterio en el que me he embarcado
como si fuese la hoja que cae del árbol
que solo el viento la puede desviar,
la que ni el propio horizonte ha dejado ver,
donde la oscuridad se asoma dejando su sombra en silencio.

Al intentar escribir este discurso, no podía dejar de pensar en lo que me llevó hasta aquí, quizás fue ver como mi mama dibujaba, verla esbozar figuras con tanta delicadeza y concentración o la manera en la que mi papa siempre me mostraba su clásico dibujo de condorito que le salía igual que el comic, o tal vez fue la última hoja del cuaderno del colegio. Quizás fue eso lo que me cautivó, la manera en la que el dibujo se desplazaba por mi mano, no tener límites ni nada que demostrar. El momento de crear era ese momento en el que no dudaba, era ese no se de los días .

Al entrar a la universidad, empecé a dudar, me sumergí en cuatro años difíciles, un proceso acontecido, paros, tomas, estallido y pandemia, lo que nos hizo pensar, observar y crecer de otra manera, pausas que además invocaron crisis, pérdidas, angustias, dudas y errores, aprendimos a contemplar, a ver más allá de eso que estaba ante nuestros ojos, fue ver belleza en el error, en el proceso. Fue sumergirnos y navegar en ese mar que no tiene nombre, donde tuvimos que ir más allá del umbral para esbozar respuestas, donde los límites entre la realidad y la fantasía se desvanecían.

Todo eso me preparó ante esa incertidumbre al salir de la carrera, que nadie te la puede explicar, abrimos los ojos a la oscuridad, donde la claridad ya no interesaba, navegamos sin horizonte, sin nada claro. Pero, ¿quién quiere certezas habiendo tantas dudas?.

Ahora hemos tenido que celebrar errores, controlar nuestros propios tiempos tener 2,3 trabajos y llegar a crear, para poder hacer eso que tanto nos gusta, es difícil, pero si pudimos navegar en un mar sin horizontes durante estos años, podemos trazar nuestra propia ruta sin ningún mapa en mano. Cuando decidimos estudiar arte, aceptamos convivir con esa incertidumbre y si bien el arte no cambiará mucho, sí, nos ha consolidado como seres sensibles y críticos ante cualquier tempestad.

Finalmente, me gustaría aprovechar este momento para agradecer a todos esos profesores con los que tuve el agrado de compartir sus clases, especialmente a Claudia Aravena, Mariana Najmanovich, Javier González y Camila Ramírez por el diálogo, por responder mil preguntas, por el apoyo infinito. A mis compañeres que admiro mucho y también agradecer a mis padres y hermanas que sin entender lo que estaba haciendo me acompañaron en este proceso. Muchas gracias.

Finalizo este proceso con más dudas que respuestas, pero también con más sensibilidad que con la que empecé, el crear ha sido reconocerse en el trazo, el entenderse como objeto y sujeto, exigiéndonos una mayor complicidad, comprender que la mirada no es solo ver, sino que entenderse en esa causa y efecto.

Compañeres, buscando la luz se halla la oscuridad, ya no necesitamos la luz para guiarnos, la misma oscuridad nos desplaza con su incertidumbre a las más oscuras certezas, sigan dudando y cultivando esa sensibilidad que les caracteriza.

Muchas gracias.