Bárbara Zuñiga, 2021[1]
Bajo el contexto de la Era Digital nos encontramos con variados artistas que tematizan desde distintos parámetros el arte y la tecnología como vínculo cada vez más fusionado en nuestra experiencia social. Desde este punto de vista Paolo Cirio y Alessandro Ludovico plantean una avanzada crítica a los sistemas de vigilancia y control de las industrias de la información como son Facebook, Amazon y Google. Dicha crítica, codificada en tres intervenciones digitales, las cuales, detonaron una gran controversia.
Ambos autores trabajaron en Hacking monopolism; trilogía de performances digitales las cuales incluyen; Amazon Noir, GWEI-Google Will Eat Itself y Face to Facebook. Estas intervenciones buscan evidenciar en una performance de hackeo multimedia, dirigido tres de las más grandes industrias de la información de internet, la manera en que estos verdaderos monopolios abusan indiscriminadamente de la información de los usuarios con fines mercantiles y cómo podemos tensionar/cuestionar el concepto de privacidad en el espacio virtual.
En Amazon Noir, los autores obtuvieron libros digitales completos para luego ser subidos de forma gratuita a la web en formato pdf. Esta obra logra tematizar desde la piratería y derechos de autor hasta los débiles sistemas de protección de la información de estas plataformas, tal como menciona Reena Jara y Mark Tribe en su texto Arte y nuevas tecnologías “existe en la comunidad de hackers un código de comportamiento, una ética, que defiende que compartir información es el mayor bien de todos, y que los hackers deben contribuir al progreso de su cambio de actividades creando software de código abierto y permitiendo el acceso a la información y a los recursos informáticos” (Jara y Tribe, 1998).
Por otro lado, en Gwei-Google Will Eat Itself, Cirio y Ludovico se logró automatizar clicks en anuncios subidos gratis a la web para generar ingresos de Adsense (a una comunidad específicamente creada para esta intervención, cualquiera podía afiliarse a ella mediante un sencillo formulario) que a la vez se invirtieran en acciones de Google. Todo esto con la intención de utilizar esta falla para volver esta empresa una plataforma pública. Luego de esto, la empresa se querelló con los artistas y solicitaron la devolución de estos ingresos. El punto en común de estas obras es la búsqueda de puntos ciegos para crackear a tres de las más grandes corporaciones de internet.
A través de las siguientes líneas profundizaremos en una de las obras más controversiales de la trilogía Hacking monopolism de Paolo Cirio y Alessandro Ludovico; Face to Facebook. La obra consiste en la recopilación de un millón de fotografías de Facebook, las cuales a través de una inteligencia artificial fueron clasificadas por género, expresión facial, localización y palabras claves, para posteriormente ser subidas a una página de citas ficticia llamada Lovely-Faces.com.
Los rostros se categorizaron por un sistema de reconocimiento facial que fue programado para seleccionar valores o rasgos de personalidad tales como; easy going , smug , sly (tranquilo, presumido, astuto) y se le otorgó al público la libertad de interactuar con estas imágenes. La intervención duró alrededor de cinco días, ya que las reacciones no tardaron en aparecer; “Durante la performance, la obra recibió más de mil menciones en la prensa internacional, once amenazas legales, cinco amenazas de muerte y varias cartas de los abogados de Facebook. que tuvo que afrontar esta intervención artística realizada con su material apropiado y como consecuencia de sus fallas de seguridad” (Cirio, 2011).
El proyecto se convierte en una verdadera performance global que tematiza la manera en que los monopolios de las redes sociales y las mega industrias de la información nos vigilan y controlan. Asimismo se tematiza sobre la privacidad, en cuanto no sabemos los límites de acceso a los datos e imágenes de las personas en internet y también cómo esto actúa al límite de la legalidad y los beneficios que esto arrastra hacia los intereses mercantiles.
Para adentrarnos en el análisis de esta obra, comenzaremos por decir que en Face to Facebook estamos hablando de fotografías, las cuales son subidas al espacio virtual, es por esto, que iniciaremos desde Ronald Barthes, quien teoriza en torno al mensaje fotográfico, el cual consta de un emisor y un receptor. Ambas unidades requieren de un ejercicio sociológico, la cual está sujeta al contexto social y cultural en el que están inmersas.
A la vez, la fotografía contiene dos mensajes; uno denotado y el otro connotado, la denotación refiere a la lectura puramente analógica de la fotografía, y la denotación, lo que nos interesa en el presente análisis, es el ejercicio en donde se le atribuye un significado secundario a las imágenes. De esta manera se puede desprender que la connotación obliga un desciframiento, es decir, implica un punto de vista subjetivo.
Podemos decir entonces, en una primera instancia, que en Face to Facebook las imágenes pasan por un procedimiento de análisis de las poses. Las imágenes son procesadas por una máquina bajo ciertos parámetros, las cuales pueden ser atribuidas a poses específicas. Este es el punto clave que implica comprender que estos ‘análisis de poses’ suponen de un procedimiento de biometrización de las imágenes, las cuales deben ser interiorizadas por una inteligencia artificial.
Un asunto fundamental que tensiona esta obra es evidenciar que vivimos en un mundo en donde los sistemas de biometrización son construidos y operados para categorizar y controlar a la población. Y también comprender que estos parámetros son creados por los monopolios de la información para llevar un registro y vigilancia de las personas.
Es decir, en esta obra se busca visibilizar, por un lado, los sistemas que existen, aparentemente invisibles, que están automatizados para categorizar rostros y llevar un registro no consensuado de nuestra imagen y datos. Desconocemos los límites de la biometrización puesto que “la creación de una base de datos centralizada de los rasgos biométricos de un grupo de individuos hace surgir una serie de riesgos de seguridad y privacidad atingentes al hecho de que los datos no se encuentran bajo el control de la persona, sino de un gobierno o una empresa a cuyo cuidado y administración se somete la base de datos” (Díaz, 2018).
Dicho de otro modo, Cirio y Ludovico elaboran una compleja crítica hacia los sistemas de biometrización y lo que ello implica en tanto control y vigilancia hacia los individuos. ¿Quién decide cómo se ven los rostros “astutos, presumidos, agradables”? ¿Quién se encarga de estandarizar aquellos parámetros? y por sobre todo ¿Quién tiene acceso a toda esa información?
La performance nos señala a la vez, la precariedad de la privacidad en el sistema informático mercantil en el que estamos inmersos. La intervención artística nos apunta aquellos puntos de inflexión, y como resulta tan sencillo acceder y descargar una gran cantidad de datos personales e imágenes en internet sin consentimiento de los usuarios. Esto revela que ya no somos nosotros quienes consensuamos estos accesos, sino que, apenas son entregados a estos monopolios perdemos la propiedad de nuestros propios datos. El mismo concepto engañoso de privacidad queda al descubierto, en el actual espacio virtual dominado por mega industrias de la información de la mano con los sistemas de control policial/estatal ¿Existe aquello? es una pregunta fundamental para abordar.
Bibliografía:
Otras fuentes:
https://paolocirio.net/press/archive/?/id/180/t/Cien_Ojos_by_Demian_Schopf Pensar_Poetizar_Journal/
https://www.paolocirio.net/work/face-to-facebook/
https://www.fayerwayer.com/2011/02/dos-artistas-roban-un-millon-de-perfiles-de facebook-y-lanzan-un-sitio-de-citas/
https://paolocirio.net/press/PDF/HackingMonopolismTrilogy_PR.pdf
https://www.digitalartarchive.at/database/general/work/face-to-facebook-hacking monopolism-trilogy.html
https://paolocirio.net/work/gwei/
[1] El siguiente texto se encuentra situado en el marco de la Solemne II del curso Cultura Visual II del docente Demian Schopf. La entrega consistía en la elaboración de un texto que abordara una obra o fenómeno vista en la unidad III o IV del curso. El texto debe poseer una descripción de la obra, marco conceptual, y una lectura de la obra. El texto debe transitar de manera fluida en estas tres unidades, no se trata de bloques sino de un solo texto que parte por la descripción, expone una problemática y termina en una interpretación original.